sábado, 17 de diciembre de 2011

Los Valores Humanos

Es frecuente escuchar las constantes quejas de esta nueva generación con respecto a que no le está dando la importancia suficiente a pequeños detalles tan valiosos como los buenos días  o las  buenas tardes,  pedir permiso  cuando se está conversando con una tercera persona para intervenir o interrumpir la conversación,  el respeto a los miembros de la familia, etc.  Mucho de la  viveza criolla  ha distorsionado  cosas, a simple vista, tan insignificantes, pero a la vez tan importantes como el respeto, principalmente a nosotros mismos  y por edén al prójimo,  aunque  no podemos pensar  que todo es negro o todo es blanco,  la base fundamental  y la primera escuela  para enseñar y distribuir los valores  humanos es definitivamente la familia, apoyada  por los colegio, la comunidad y todo el entorno social que nos rodea. En fin hemos producido una sociedad quizás tecnológicamente mas avanzada, pero humanamente fracasada. Definitivamente para lograr una mejor convivencia los valores humanos son la base para cambiar todo este colapso social que estamos viviendo y del cual todos nos quejamos. Pero es importante que entendamos que el cambio colectivo que debe producirse debe comenzar por un cambio individual, que el paso definitivo esta en la interiorización y practica de los valores humanos esenciales: tales como el respeto, la honestidad,  la responsabilidad, el amor, la cortesía, la tolerancia, entre otros, con el objetivo de educar a nuestros hijos en tan importantes tesoros como son los valores y por ende producir una generación humanamente mas valiosa.  Y es esta la idea que nos motiva en la realización de este Blog, en el tema de nuestra investigación sobre los valores humanos: Por una convivencia mas armoniosa.

Debe llegar una época en la historia de la especie humana en que un número tan grande de personas habrá despertado a los valores y soluciones espirituales más elevadas, que las antiguas actitudes y actividades se habrán vuelto para siempre imposibles a gran escalaLUCIS TRUST.

GORDON. Maria
VILLAMIZAR, Ramón
ZAMORA, Yelitza

viernes, 16 de diciembre de 2011

¿Que son los Valores?

Los valores son principios que nos permiten orientar nuestro comportamiento en función de realizarnos como personas. Son creencias fundamentales que nos ayudan a preferir, apreciar y elegir unas cosas en lugar de otras, o un comportamiento en lugar de otro. También son fuente de satisfacción y plenitud.

Nos proporcionan una pauta para formular metas y propósitos, personales o colectivos. Reflejan nuestros intereses, sentimientos y convicciones más importantes.

Los valores se refieren a necesidades humanas y representan ideales, sueños y aspiraciones, con una importancia independiente de las circunstancias. Por ejemplo, aunque seamos injustos la justicia sigue teniendo valor. Lo mismo ocurre con el bienestar o la felicidad.
Una persona valiosa es alguien que vive de acuerdo con los valores en los que cree. Ella vale lo que valen sus valores y la manera cómo los vive.

Tenemos la tendencia a relacionarlos según reglas y normas de comportamiento, pero en realidad son decisiones. Es decir, decidimos actuar de una manera y no de otra con base en lo que es importante para nosotros como valor. Decidimos creer en eso y estimarlo de manera especial.

Cada quien determina cómo actuar frente a las distintas situaciones de su vida.Unas veces más conciente que otras, eres tú quien decide la actitud y la manera de comportarte frente a las demás personas y frente a las oportunidades, las dificultades o las responsabilidades. Decides asumirlas o eludirlas.

Cuando nos interesa relacionarnos satisfactoriamente con otras personas o ser parte de una organización, decidimos aceptar los valores que requiere esa relación.

Los valores también son la base para vivir en comunidad y relacionarnos con las demás personas. Permiten regular nuestra conducta para el bienestar colectivo y una convivencia armoniosa. Para el bienestar de una comunidad es necesario que existan normas compartidas que orienten el comportamiento de sus integrantes. De lo contrario, la comunidad no logra funcionar de manera satisfactoria para la mayoría.

Por ejemplo, es difícil saber cómo enseñar a los hijos el valor “tolerancia”, si nuestros líderes y gobernantes insultan permanentemente a todos aquellos con quienes tienen diferencias de opiniones.

Igualmente resulta cuesta arriba promover el valor “respeto” si hay maestros, profesores, jefes o padres que frente a situaciones complejas defienden sus decisiones argumentando: “Aquí se hace lo que yo digo” o “Las cosas son así porque sí”.

Cuando sentimos que en la familia, la escuela, el trabajo, y en la sociedad en general, hay fallas de funcionamiento, muchas veces se debe a la falta de valores compartidos, lo que se refleja en falta de coherencia entre lo que se dice y lo que se hace.

En términos prácticos es poco probable que una comunidad funcione bien (y no digo “perfecto”) si las personas que la integran no se basan en ciertos principios que orienten permanentemente su forma de relacionarse, en las buenas y en las malas.

¿Por qué se debilitan los valores?

Hay muchas razones, pero quiero destacar tres que constituyen una especie de círculo vicioso de deterioro de valores.

1. Las necesidades pueden presionar más que los valores

Los valores en sí mismos no se deterioran. Lo que en realidad se debilita es nuestra propia capacidad de creer en determinados principios y su pertinencia, como producto de la presión que ejerce sobre nosotros el manejo de ciertas necesidades.

Esta realidad, a su vez, nos remite a valores básicos de subsistencia individual.

Por ejemplo, cuando irrespetamos “las colas” (en el tráfico o a la espera de ser atendidos) es porque consideramos que nuestra necesidad individual tiene más valor que la de los demás. Con en este tipo de consideración personal, pierde sentido la “honestidad” como un valor que nos vincula con los demás.

Algo parecido ocurre en los colegios u organizaciones similares, cuando los maestros o supervisores sienten que su necesidad de “controlar” a su grupo tiene más valor que el “respeto” y la “dignidad” de los integrantes, y hacen uso de la “autoridad” para imponerles orden.

Seguro que no les va a resultar nada fácil obtener “respeto” como respuesta.

2. Es mucho más fácil transmitir otros valores

El verdadero significado de los valores en las organizaciones se basa en las acciones y actitudes de sus integrantes, y nuestro comportamiento se traduce en los detalles de lo que hacemos en el día a día:

Imagine a un padre enseñado a su hijo la importancia de la verdad o la responsabilidad. Un instante después, el hijo le dice al padre que lo llama por teléfono un cobrador, y el padre le responde con naturalidad: “Dile que no estoy”.

Imagine algo que cada día sucede más en las empresas: No quitamos la vista de la computadora mientras hablamos con compañeros de trabajo que “respetamos”, y decimos cosas como: “No te estoy mirando, pero te estoy poniendo atención”.

3. Existe mucha presión social a favor de “anti-valores”


En una sociedad que sobre-estimula el consumo y la propiedad, los ciudadanos terminamos siendo valorados más por lo que tenemos que por lo que somos como personas. En consecuencia, la apariencia o el poder muchas veces se convierten en valores superiores a la responsabilidad. Así terminamos proclamando que “el fin justifica los medios”.

En las organizaciones se necesita un poco más de humildad a la hora de hablar de formación de valores o de exigirlos. Los valores están en los detalles de todos los comportamientos de sus integrantes, y muchos de esos comportamientos son habituales y, en ocasiones, inconscientes.

En este sentido, los valores pueden ser mucho más útiles como guías de acción para los integrantes de un equipo de trabajo o de una familia, cuando se definen como comportamientos deseados concretos.



Juan Carlos Jiménez
El Valor de los Valores en las Organizaciones

Valores para Vivir

  • El Amor a la Verdad—esencial para una sociedad junta, inciuyente y progresista;
  • El Sentido de la Justicia—el reconocimiento de los derechos y necesidades de todos;
  • El Espíritu de Cooperación—basado en una buena voluntad activa y el principio de las rectas relaciones humanas;
  • El Sentido de la Responsabilidad Individual—con respecto al grupo, la. comunidad y los asuntos nacionales;
  • El Servicio al Bien Común—mediante el sacrificio del egoísmo. Sólo lo que es bueno para todos es bueno para cada uno de nosotros.
Estos valores son espirituales e inspiran la conciencia y la mentalidad de aquellos que sirven a fin de crear un modo de vida mejor.

El Destino de Todos Los Pueblos y Naciones Depende de los Valores que Rigen sus Decisiones


La crisis humana y mundial de hoy en día es fundamentalmente espiritual y, como tal, pone a prueba el carácter y la intención de todos los hombres y mujeres. Se nos brinda la oportunidad de reevaluar los valores quo aceptamos como normas personales de conducta.

El mundo del futuro depende de lo quo cada uno de nosotros decida hacer hoy.

Los tiempos actuales exigen elecciones esenciales a los pueblos del mundo. Es un tiempo para una reevaluación de los valores. Un valor se define en relación con ciertos aspectos de nuestra vida cotidiana o como una cualidad intrínseca reconocida o útil. Tales valores pueden ser cuestión de opinión y por lo tanto discutibles. Sin embargo, numerosos valores en la vida humana tienen como base el "bienestar general de todos los pueblos" y son principios rectores en los que pueden fundarse y planificarse la rutina cotidiana y el trabajo común Los principios establecidos en la Declaración Universal de los Derechos del Hombre de las Naciones Unidas son un recuerdo constante a todos los pueblos del mundo de los objetivos fundamentales y la pureza de intención que motivan sus decisiones.

Hoy en día, en un mundo que cambia rápidamente, constatamos una confrontación fundamental entre lo antiguo y lo nuevo: las formas cristalizadas y usadas y las ideas progresistas; el interés egoísta y el bienestar general, el nacionalismo y una conciencia planetaria, o entre los valores materiales y los valores espirituales.

Los valores materiales confinan al individuo, al grupo o a la nación en los límites que determinan una forma de vida creada para servir sus propios intereses. Las formas pueden cambiar, pero si la motivación es un egoísmo mezquino, nada bueno puede resultar para la cultura humana y la civilización.

Los valores espirituales tienen relación con la iluminación, la libertad y un crecimiento creador de la especie humana. Hacen avanzar la tendencia innata de la humanidad hacia la síntesis y la globalidad. Provocan una extensión en vez de imponer límites al horizonte de la visión y de las capacidades humanas. Pueden ser simbolizados como una espiral ascendente de una potencialidad infinita.

Los valores espirituales más importantes para todos nosotros son, sea cual fuere la nación que representamos, los que nos elevan fuera de nuestro egoísmo y de la rutina que hemos construido. El egoísmo no beneficia a nadie, incluidos a nosotros mismos, en una sociedad que se ha vuelto muy interdependiente y muy relacional.

El "sacrificio del egoísmo" puede liberar nuevos valores en nuestra vida nacional e internacional. Puede poner fin a la carrera armamentista, que ahora se perpetúa por motivos económicos y de poder, y puede conducir hacia la vía del desarme y de la paz mundial que se contemplan y estipulan en la Carta de las Naciones Unidas.

El "sacrificio del egoísmo" permite el reparto y la contribución de todas las partes de la sociedad al crecimiento y la prosperidad de la totalidad. Reconoce la responsabilidad, el interés y el compromiso por actitudes y acciones comunes, y por una nueva perspectiva de la vida y de sus verdaderos valores. Los verdaderos valores de los pueblos del mundo se sustentan en algunos principios o cualidades: la unidad, la tranquilidad –la armonía social, la seguridad, la libertad y un bienestar general – "para todos los pueblos". En tal estructura, el sentido de responsabilidad se desarrolla al mismo tiempo que los derechos y las libertades a los que todos tienen derecho, la confianza y el respeto mutuos proporcionan la garantía de un buen funcionamiento.

Cada nación, grande o pequeña puede jugar su parte. Una opinión pública focalizada, determinada e iluminada es la fuerza más importante del mundo y puede producir la dirección moral que se necesita. Que nuestra renuncia al egoísmo y al materialismo ilumine el camino hacia un futuro mejor para la humanidad.


LUCIS TRUST

Valores Personales

Hoy en día no es raro escuchar por la calle, o en alguna reunión de amigos, que los políticos hacen cualquier cosa para mantenerse en el poder, que los altos directivos carecen de valores, o que la sociedad, en general, ha perdido los valores que tenía hace unas décadas.

Si bien es cierto que nuestra percepción de algunas personas que tienen el poder puede hacer que hagamos este tipo de generalizaciones, no es menos cierto que en todas las áreas de nuestra sociedad existen personas “buenas” y “malas”. Pero ¿qué son los valores para nosotros?

Los valores pueden ser considerados como algo que hay que preservar, como un ideal que se ha de alcanzar, como un concepto que es admitido como valioso o correcto por la sociedad.  De este modo pueden considerarse valores: la amistad, la belleza, el compromiso, la responsabilidad, etc.

¿Cómo podemos obtener un valor y hacerlo nuestro?  Los valores se asumen día a día o mediante una experiencia que nos impacta.  De esta forma, lo que hagamos un día tras otro, siempre que sea coherente, nos acompañará hacia un valor.

¿Cómo afectan nuestras creencias en la obtención de un valor?  Los valores y las creencias suelen estar relacionados, por ejemplo, una persona que tenga el respeto como valor puede tener la creencia de que “toda persona, por el hecho de haber nacido, merece nuestro respeto“, o puede tener la creencia de que “toda persona puede aprender a ser respetuosa“.

¿Y cómo afectan los valores personales en el trabajo?  En el entorno de trabajo, los grupos que tienen valores consensuados se manifiestan con un grado de cohesión mayor y gestionan los conflictos con mayor eficacia.  Por eso es de gran utilidad que un grupo de personas que trabaja conjuntamente consensúe unos valores y haga conscientes algunas creencias que se deducen de ellos.

Los valores personales pueden variar en función de la época que nos toque vivir a cada uno de nosotros.  De esta manera hoy en día estamos más concienciados de que hay que proteger el medio ambiente, o de lo limitado de los recursos naturales, algo que hace cuarenta años ni si quiera se lo planteaban nuestros abuelos.

Así podemos decir que algunos valores personales pueden variar de una generación a otra, sin embargo, los valores fundamentales, como la amistad o la responsabilidad, se pueden mantener de una generación a otra a través de la educación que nos han aportado nuestros padres, profesores e incluso personas ilustres de nuestra sociedad.


José Maria Garteiz

jueves, 15 de diciembre de 2011